Los días en que la sostenibilidad era una tendencia quedaron muy atrás; hoy, es uno de los ejes estructurales de la competitividad turística global. Los viajeros del mundo —en especial los millennials y centennials— quieren que sus travesías tengan un propósito y que generen bienestar, aprendizajes e impacto positivo tanto en el entorno como en las comunidades.

 Este panorama posiciona al Perú en un destino con múltiples oportunidades dada nuestra biodiversidad única, herencia cultural viva y la creciente red de emprendimientos con un vibrante enfoque sostenible.

Sin embargo, capitalizar este potencial exige conocer con precisión al nuevo viajero: saber qué lo mueve, por qué lo hace y desde qué valores toma sus decisiones. Por ello, PROMPERÚ elaboró el Perfil del vacacionista sostenible (2024), que revela los tres grandes grupos en los que se pueden dividir los extranjeros que visitan el país de acuerdo con su compromiso con la sostenibilidad.

Tres tipos de vacacionistas sostenibles

Según el estudio, la disposición e interés entre los viajeros por adoptar prácticas conscientes durante sus travesías al Perú permite diferenciar tres perfiles: el explorador de naturaleza extrema (55 %), el activista ambiental en movimiento (26 %) y el embajador cultural responsable (19 %).

La motivación principal de cada uno de estos vacacionistas es disfrutar de experiencias en favor de la sostenibilidad, pero desde elecciones y en niveles distintos unos de otros. Por ejemplo, el explorador anhela estar en contacto directo con la naturaleza, aunque involucre esfuerzo físico; el activista quiere participar en la protección del entorno natural, mientras que el embajador vive la sostenibilidad desde la conexión con la cultura local.

Explorador de naturaleza extrema

Es el vacacionista más aventurero entre todos, disfruta de experiencias únicas y trasladarse a lugares remotos que lo acerquen a paisajes irrepetibles. Su enfoque sobre la sostenibilidad es más vivencial que estructurado: viaja para sentir la naturaleza en su estado más puro; no busca lujos, sino conexión.

El 73 % de este grupo está compuesto por vacacionistas jóvenes (millennials y centennials), lo que explica su apetito por actividades más enérgicas. La mayoría llega al Perú procedente de Estados Unidos (29 %), pero también hay presencia sudamericana con Brasil (9 %) y Chile (8 %) en la demanda.

Ya en nuestro país, el explorador de naturaleza tiene una estadía promedio de doce noches y gasta $1666. Si bien la mayoría (48 %) se aloja en hoteles de tres estrellas, demuestra una disposición a quedarse en albergues o hostels (24 %) superior al resto de los vacacionistas sostenibles.

El compromiso ambiental y la responsabilidad sociocultural del explorador se refleja en sus decisiones de viaje. Por ejemplo, el 87 % busca reducir la producción de residuos y el uso de plásticos en el destino, mientras que el 69 % participa en iniciativas de conservación de áreas naturales. Además, el 98 % suma a su itinerario actividades que le ayuden a conocer las tradiciones y comunidades locales, y el 95 % busca apoyar pequeños negocios locales.

Activista ambiental en movimiento

Este vacacionista se caracteriza por participar en iniciativas de conservación, elegir modos de transporte de bajo impacto y mantener prácticas ecológicas consistentes durante toda su travesía.

Como el grupo anterior, la mayor parte de este perfil (68 %) se compone de viajeros jóvenes y los mercados más importantes son Estados Unidos (29 %), Brasil (6 %) y Chile (6 %).

En promedio, el activista ambiental permanece en el Perú once noches y gasta $1576; un 47 % se hospeda en hoteles de tres estrellas y un 33 %, en los de cuatro o cinco. Realizan actividades culturales (98 %), gastronómicas (98 %), de naturaleza (83 %) y aventura (77 %) durante su travesía.

Su compromiso con reducir el impacto de sus viajes en el destino se refleja en que el 72 % se hace responsable del uso de recursos naturales durante su estadía en el país y el 71 % pretende reducir la producción de residuos y el uso de plásticos en el destino. Además, el 60 % busca alternativas de transporte que no dañen el medioambiente.

Embajador cultural responsable

Entre los tres vacacionistas, este es el que más valora aprender y respetar las tradiciones, comunidades y gastronomía del destino. Aprecia lo auténtico, pero también lo justo; por ello, no solo desea conocer el lugar, quiere que su presencia aporte a su desarrollo.

Si bien en este perfil los jóvenes siguen siendo la mayoría (62 %), los baby boomers toman también un lugar en el escenario (18 %), que duplica su participación entre los exploradores de naturaleza y supera en seis puntos porcentuales a los activistas ambientales boomers.

Estados Unidos (26 %) es también el mercado emisor más importante para este vacacionista, pero Chile (12 %) se posiciona ahora en segundo lugar y España (10 %) desplaza fuera del top 3 a Brasil (5 %).

El embajador responsable permanece once noches en el Perú y gasta $1660, en promedio, durante su viaje. La mayoría se aloja en hoteles de tres estrellas y, comparado con los otros perfiles, es el que más se hospeda en hoteles de cuatro o cinco estrellas (40 %).

En su travesía, el 92 % se hace responsable en el uso de recursos naturales, el 65 % participa en iniciativas de conservación de áreas naturales o protección de animales y el 63 % está dispuesto a realizar una compensación económica por su huella de carbono. Además, 97 % de estos vacacionistas consume la gastronomía local y el 90 % busca apoyar a pequeños negocios del destino.

Así pues, aunque con sus propias particularidades, cada vacacionista ofrece oportunidades clave para posicionar al Perú como un destino adecuado a las demandas sostenibles de los viajeros del mundo. Para ello, los proveedores de servicios turísticos deben, más que crear nuevas experiencias, reevaluar las existentes.

Deben tener en cuenta también que el 67 % de estos vacacionistas busca servicios de viaje con sellos o certificaciones de prácticas sostenibles y que el 79 % se asegura de reservar con empresas que se preocupen por el bienestar de sus empleados.

En conjunto, estos perfiles reflejan cómo viajan las personas hoy, pero también hacia dónde se moverá la demanda global en los próximos años.  

Fuente: Perfil del vacacionista sostenible (2024) – PROMPERÚ (octubre 2025)